Ejercicio en enfermedades crónicas no transmisibles
Las enfermedades no transmisibles (ENT) corresponden a patologías que no se transmiten de una persona a otra, son de larga duración, por lo general evolucionan lentamente y resultan de la combinación de factores fisiológicos, ambientales, genéticos y conductuales. Los principales tipos de ENT son las enfermedades cardiovasculares (infarto agudo de miocardio y los accidentes cerebrovasculares), las enfermedades respiratorias crónicas (como la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma), cáncer y la diabetes mellitus tipo 2.
Datos entregados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que las ENT generan 40 millones de muertes cada año, equivalente al 70% de las muertes que se producen en el mundo. De forma específica, las enfermedades cardiovasculares corresponden a la mayor cantidad de muertes/año por ENT (17.7 millones), seguidas por el cáncer (8.8 millones), luego las enfermedades respiratorias (3,9 millones) y por último la diabetes (1,6 millones). Todas estas enfermedades se ven favorecidas por estilos de vida poco saludables y el envejecimiento de la población. El consumo de tabaco y/o alcohol, las dietas altas en azucares y/o grasas, además de la inactividad física pueden manifestarse en forma de presión arterial elevada, aumento de la glucosa/lípidos en la sangre y obesidad. Estos son los llamados factores de riesgo cardiometabólicos, que son las características o conductas de las personas que aumentan la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiometabólica (ECM).
Estudios científicos y sociales muestran cómo las personas que presentan algún tipo de discapacidad o ENT, son precisamente la población que menos tiempo dedica a la realización de ejercicio. Lo anterior es un gran problema, ya que corresponde a uno de los principales responsables de la pérdida de capacidad cardiorrespiratoria, favorece la atrofia muscular, osteoporosis, alteraciones vasculares, obesidad, diabetes mellitus tipo 2 e incluso trastornos
mentales como la depresión, limitando de forma progresiva las actividades diarias de las personas, haciéndolas más dependientes.
La práctica continua de ejercicio físico como rehabilitación de enfermedades no transmisibles se desarrolla con el objetivo de mejorar la calidad de vida a partir de una mejor condición de salud. La sociedad científica, a través de estudios ha ratificado el protagonismo del ejercicio como elemento de prevención primaria o para combatir las ENT. Un programa de ejercicio bien diseñado e individualizado puede favorecer el desarrollo de la capacidad aeróbica,
reducir la masa grasa, disminuir la presión arterial en hipertensos, nivelar las cantidades de glucosa, triglicéridos y colesterol, aumentar la fuerza y resistencia muscular, además de permitir una mayor flexibilidad y una mayor resistencia ósea.
Si la persona cambia malos hábitos, puede llegar a obtener un mayor bienestar tanto físico como psicológico. La práctica de ejercicio de forma sistemática ayuda a modificar ciertos hábitos que son perjudiciales para la salud como puede ser el alimentarse y beber de manera imprudente, estimulando hábitos saludables, que incluso ayudan a superar tensiones psicológicas, promoviendo una mejor calidad de vida.
El área Kinésica de Balance Group, evalúa de forma integral al usuario, teniendo en cuenta antecedentes médicos y personales que puedan significar una condicionante en la práctica de ejercicio. A partir del control de parámetros clínicos, evaluación Kinésica de la capacidad cardiorrespiratoria y fuerza muscular de extremidades y tronco, se realiza la prescripción de ejercicio de forma individualizada, obteniendo un plan de ejercicios acorde a la situación
específica del usuario.
¡Ven y conócenos!
Por: Gianfranco Simeone, Kinesiólogo Balance Group